Hace poco se cumplieron dos años desde el primer caso de coronavirus detectado en la Península. En este tiempo hemos padecido un confinamiento, una desescalada y seis olas que han alterado la forma de vida de muchas personas. En este aspecto, las empresas de desinfecciones en Bilbao y Bizkaia han ejercido un papel fundamental a la hora de paliar los efectos de una pandemia que desde hace más de un siglo no se veía.
Ahora es inconcebible que a la hora de sentarnos en una cafetería, la mesa no sea desinfectada o cuando entramos a un lugar cerrado que no esté puesta la ventilación.
El covid-19 ha alterado nuestra forma de ser y en muchos aspectos cotidianos tiene pinta de que se van a quedar a lo largo de los años. Por ejemplo, antes era imprevisible que una compañía de sanidad ambiental hiciera unas labores de higienización en empresas, oficinas etc., hora lo vemos como algo habitual.
Las empresas de desinfección pusieron todo su compromiso y esfuerzo en ayudar en cualquier ámbito para paliar una situación que ha llegado a ser muy grave con hospitales colapsados, trabajadores en ERTE y miles de fallecidos y contagiados.
Empresa de desinfección en Bilbao y Bizkaia
Ahora, que la sexta ola está empezando a remitir, la opinión sobre las compañías de sanidad ambiental ha cambiado en la sociedad. Contar con instalaciones desinfectadas e higienizadas junto con una óptima calidad del aire va a ser algo a que le vamos a prestar atención durante mucho tiempo.
Un estudio realizado por la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA), indica que este sector se ha revalorizado tras la pandemia y se espera que crezca exponencialmente. El informe titulado “La relevancia socioeconómica del Sector de Sanidad Ambiental en España” se ha encargo de elaborar, entre otros aspectos, un estudio sobre el impacto económico en este sector en los próximos años.
Dicha publicación establece que mientras la economía nacional crecerá una media del 3,9% hasta 2023, el sector de la sanidad ambiental lo haga con un incremento del 9%. Según Anecpla, este cambio de mentalidad se debe en mayor medida “a una sociedad más sensibilizada con la salubridad de los espacios en concreto y con la sanidad ambiental en general”.
Este aspecto “supone un reconocimiento a la labor de servicio público que desde siempre han llevado a cabo las empresas del sector y que por fin parece que comienza a visibilizarse”. Unos trabajos que a pesar de que siempre han estado en un segundo plano, la pandemia ha dado a este sector el reconocimiento necesario a una profesión que en muchas ocasiones pasa desapercibida.
Ante cualquier labor de esterilización o control de plagas, las compañías y sus profesionales disponen de las herramientas y la formación necesaria para evitar la transmisión de bacterias. Gracias a los tratamientos DDD (desinfección, desratización y desinsectación) impedir la presencia de insectos y roedores, también debe entenderse como parte de la sanidad ambiental. Por lo que ante la detección de cualquier especie lo más recomendable es ponerse en contacto con profesionales.